La rinoplastia y la función nasal: la otra cara de la rinoplastia.

 

La rinoplastia es la técnica quirúrgica empleada para cambiar el aspecto de la nariz, modificando la forma, el tamaño, el ángulo entre la punta nasal y el labio, e incluso los orificios nasales.

Aunque los cánones de belleza determinan cuales deben ser las proporciones de la nariz “perfecta”, el objetivo que persigue la rinoplastia es el de conseguir una nariz que se adapte a las características de cada paciente, tales como edad, sexo, forma del óvalo de la cara, etc., y también a sus deseos, dentro de unos límites. El propósito es por tanto una nariz que armonice lo mejor posible con el rostro.

Sin embargo, hay que tener muy presente que las narices deformes son, con elevada frecuencia, narices que no funcionan bien desde el punto de vista olfatorio y respiratorio. Colapsos, lateralizaciones del tabique nasal, puntas caídas, hipertrofias de cornetes, pólipos, sinusitis, etc, coexisten habitualmente con la deformidad externa que impulsa al paciente a tomar la decisión de someterse a una rinoplastia y que, como la punta de un iceberg, muestra externamente solo una mínima parte del trastorno subyacente. Y no debemos olvidar las graves consecuencias para la salud y la calidad de vida que ocasionan la obstrucción nasal crónica y la falta de olfato.

Dado que el objetivo primario de la rinoplastia es el estético, muchas veces se soslayan las funciones fisiológicas de la nariz, sacrificándolas en pos de un mejor resultado cosmético. Craso error.

Los otorrinolaringólogos sabemos que cada maniobra quirúrgica que se realiza sobre la nariz externa en una rinoplastia conlleva siempre una repercusión en el interior de las fosas nasales. Es evidente que una reducción del tamaño de la nariz, implica necesariamente una disminución del espacio de las fosas nasales. Esta es la otra cara de la rinoplastia, e ignorarla implica el fracaso de la operación.

Un elevado número de pacientes sometidos a rinoplastia acaba acudiendo a un otorrinolaringólogo quejándose de obstrucción nasal o déficit olfatorio tras la intervención, siendo esta la causa más frecuente por la que un paciente operado de rinoplastia debe ser reintervenido. La exploración casi siempre demuestra que el paciente presentaba alguna de las alteraciones de las fosas nasales mencionadas más arriba, y que al no ser corregidas durante la rinoplastia se manifiestan posteriormente, cuando la nariz, aunque más armoniosa, es con frecuencia más pequeña, más endeble, y por ende, más colapsable. También aparecen en ocasiones como consecuencia de intervenciones agresivas en las que, buscando cambios estéticos radicales, no se han tomado las medidas preventivas oportunas para mantener la ventilación nasal.

En el grupo de otorrinolaringólogos del Hospital Madrid Puerta del Sur, consideramos imprescindible previamente a la rinoplastia la realización, por un otorrinolaringólogo cualificado, de una adecuada historia clínica y exploración de las fosas nasales, incluyendo endoscopia flexible e incluso TAC cuando sea necesario.
Sólo así podremos determinar la técnica quirúrgica indicada en cada paciente candidato a rinoplastia, y también aquellas maniobras acompañantes imprescindibles para conjugar un resultado estético ideal con una mejoría en la ventilación nasal, tales como cirugía de la válvula nasal, cirugía de cornetes, cirugía endoscópica nasal, polipectomía, etc.

Con el fin de obtener el mejor resultado estético posible, siempre realizamos un estudio fotográfico previo con simulación del resultado deseado, abordando siempre esta cuestión conjuntamente con el paciente desde una perspectiva realista.

Con esta actitud nos aseguramos que los buenos resultados estéticos proporcionados por la rinoplastia no se vean empañados por la aparición de una obstrucción nasal intolerable, disminución del olfato o incluso desarrollo de ronquidos.

No debemos olvidar que la mejor oportunidad es la primera, y es necesario saber aprovecharla actuando sobre la nariz como una unidad estética y funcional, disminuyendo la incidencia de complicaciones de la rinoplastia y evitando así tener que recurrir a reintervenciones de elevada complejidad para solventar problemas que antes no existían.

Siguiendo estos principios, hemos demostrado que es posible conseguir los mejores resultados estéticos sin comprometer la ventilación nasal, e incluso mejorándola cuando sea necesario.

La incorporación de la rinoplastia ultrasónica a nuestra práctica habitual nos ha permitido mejorar los resultados estéticos a la vez que disminuimos las molestias postoperatorias.

Respetamos al máximo la confidencialidad de nuestros pacientes, y jamás exhibimos en la web las fotografías de nuestros éxitos quirúrgicos, tanto para preservar la intimidad de aquellos que ha confiado en nosotros, como para huir de actitudes comerciales que no tienen lugar en nuestra visión de la práctica médica.

Contamos con personal altamente cualificado que dispone de todos los medios técnicos necesarios para poder ofrecer a nuestros pacientes un abordaje integral en su cirugía nasal, consiguiendo óptimos resultados tanto estéticos como funcionales, con el respaldo que proporciona un Hospital dotado de la última tecnología como es el Hospital Madrid Puerta del Sur, en el que además de realizar la intervención se practicarán los cuidados postoperatorios con la máxima eficacia y comodidad.

Dr. Alfredo García Fernández