La perforación de tabique: una enfermedad silente con una solución quirúrgica.

 

Cierre endoscópico de perforación septal

Se ha estimado que un 0,9% de la población puede tener una perforación septal, aunque no siempre produce síntomas. La perforación septal interfiere con el flujo nasal y la humidificación adecuada de la mucosa nasal. El paciente nota obstrucción nasal, formación de costras, sangrado de pequeña cuantía o un silbido cuando el aire entrar en la nariz.

Son muchos los profesionales que siguen desaconsejando la cirugía de la perforación septal porque las técnicas clásicas no conseguían el cierre de la perforación septal en muchos casos, incluso aumentaban de tamaño con la manipulación durante la cirugía al intentar cerrarlas.

Hay muchas causas que pueden estar detrás de una perforación del tabique nasal, aunque en la mayoría de los casos la perforación es secundaria a la manipulación local, con la retirada continua de costras o es una complicación de una cirugía nasal previa.
La perforación de tabique también puede ser el primer síntoma de una enfermedad inflamatoria nasal autoinmune o de un tumor local destructivo.

Las recomendaciones médicas para el tratamiento médico de las perforaciones septales están encaminadas a la hidratación local y a impedir la formación de las costras que comprometen a su vez el flujo nasal: humidificación, lavados nasales, emolientes, evitar sprays nasales descongestivos y no retirar costras.

Durante la exploración con el endoscopio se valora no sólo la localización y el tamaño de la perforación, sino el tejido sano en la parte más posterior de la perforación que va a ser necesario para recubrirla. Cuanto más amplia sea la perforación más ancho deberá ser el injerto para cubrir los bordes.

Las perforaciones posteriores no suelen producir síntomas y no es necesario cerrarlas.
Sólo ofrecemos un tratamiento quirúrgico a aquellos pacientes con perforaciones anteriores sintomáticas que influyen en su calidad de vida, explicándoles las posibilidades de cierre y los cuidados postoperatorios necesarios.

La información previa a la intervención es minuciosa, explicando que las probabilidades de cierre de la perforación son inversamente proporcionales al tamaño de la misma.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Son varias las técnicas que se utilizan en el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital HM Puerta del Sur. En perforaciones menores de 2 cm se suelen utilizar técnicas endoscópicas.

La más frecuente se realiza a través de la nariz con un endoscopio rígido e instrumental de cirugía endoscópica. Con estos instrumentos se prepara la perforación para recibir un injerto de la propia mucosa nasal del paciente que se moviliza de la zona sana que se encuentra detrás de la perforación.
A veces se combina técnicas endoscópicas con técnicas abiertas de rinoplastia para cerrar perforaciones de gran tamaño.

Según nuestra experiencia, el cierre sin tensión, con un abundante tejido extra de la zona donante es el factor que más influye en el resultado final. Las causas de reperforación pueden ser el diámetro del defecto cerrado y la vascularización de la mucosa que se utiliza para el cierre. De la viabilidad del injerto movilizado va a depender el éxito de la cirugía.

Después de la intervención se colocan unas láminas de silicona de 1 mm para proteger la zona operada. Estas láminas se retiran en consulta a las 2-3 semanas de la cirugía.

El cierre de la perforación septal se consigue con una técnica minuciosa y con los cuidados que el paciente realiza en las primeras semanas ya que no puede retirar ninguna costra que interfiera en la adecuada cicatrización local. Esto supone “no utilizar” la nariz en unas semanas hasta que se regeneren las zonas de mucosa de los bordes de la perforación.
El uso del CPAP en pacientes con apnea del sueño debe retrasarse una semana en la medida de lo posible para evitar el paso del aire a presión por la zona operada.
El deporte debe retrasarse 3 semanas ya que durante el mismo aumentan los requerimientos nasales y la sequedad local es mayor, con formación de nuevas costras.

Una vez cerrada la perforación el flujo nasal se restablece, las mucosas se humidifican correctamente y la sensación de entrada de aire mejora. La calidad de vida del paciente aumenta tanto en su vida diaria como en el descanso nocturno.

Dra. Nieves Mata Castro